La persona proyecta inconscientemente en su dibujo sus propios rasgos de personalidad, cómo se percibe a sí mismo y a su entorno, cómo le gustaría ser…

A la hora de realizar un informe de técnicas proyectivas gráficas es importante conocer la edad de la persona, para tener en cuenta la psicomotricidad y el grado de madurez.

Una vez tenido en cuenta esto, cabe explicar que las etapas de los dibujos son:

  • Los garabatos: Son frecuentes desde que cumplen el primer año hasta los 3 años. En esta fase no podemos fijarnos en la psicomotricidad de los garabatos, pero sí podemos tener en cuenta el uso del color. Lo habitual es que escojan colores alegres y llamativos. Si utilizan colores oscuros podría indicar tristeza.
  • El dibujo infantil: (Desde los 4 años hasta los 10 años). Fase de gran relevancia para realizar análisis de técnicas proyectivas. El niño ya tiene psicomotricidad y por lo general se muestra receptivo a dibujar. El uso del color es frecuente y las formas abstractas. Etapa donde más se acentúa la capacidad para crear. En el caso de la figura humana predominan las cabezas grandes y cuerpos anulados o más pequeños en proporción con la cabeza.
  • El dibujo en los adolescentes: (Desde los 11 años hasta los 18 años). A estas edades el adolescente realiza dibujos más realistas, el uso del color es moderado. En el caso de las figuras humanas es habitual que marquen el cuerpo. Son dibujos más conscientes y con cierta preocupación por la estética. En esta etapa es frecuente que muestren cierta rebeldía o negación a dibujar.
  • El dibujo en los adultos: (A partir de los 18 años). La persona tiene cierta psicomotricidad, pero ha perdido el hábito de dibujar (a no ser que sea artista). En esta fase suelen verbalizar momentos de su infancia cuando ejecutan los dibujos o pueden llegar a negarse por la pérdida de costumbre.
  • El dibujo de los ancianos: (A partir de los 70 años). No es habitual encontrar dibujos a estas edades, pero a veces han servido de ayuda a personas que padecen alzhéimer para ayudar a recuperar memoria o donde ellos plasman vivencias del pasado más lejano. Es habitual encontrar trazos con temblores y finos, sin uso de color. Pueden volver a hacer garabatos como en la primera etapa.